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1936

brazos
en alto

La Guerra Civil quebró o varió el rumbo de muchas trayectorias. También la del teatro Victoria Eugenia, que repentinamente fue escenario bélico, y pronto escenario militante del franquismo. Con San Sebastián ya bajo "zona nacional" y la contienda aún activa, se retoman las sesiones de cine en marzo de 1937, con una película de la UFA alemana, de título 'Traidores'. Tres meses después regresarán las representaciones teatrales, pero dentro de una denominada "temporada patriótica" que valora, más que lo escénico, la adhesión a los principios del incipiente régimen.

Son los tiempos en que las funciones acaban con los brazos en alto y cantando el 'Cara al sol', y en que el edificio es utilizado para homenajes a heridos y "mártires" o para actos de las secciones del Movimiento. La actividad teatral adquirirá un auge inusitado en el marco de una guerra, debido al hecho de que muchos actores y autores se refugian en nuestra ciudad, convertida prácticamente en capital teatral del lado "azul".

¡Que vienen los húsares!

El día en que anuncian que "la guerra ha terminado", en el Victoria Eugenia se estaba proyectando la opereta 'Que vienen los húsares'. Quedaba por delante toda la dictadura franquista, con su censura y su represión, con la presencia habitual de Franco, y sobre todo de Carmen Polo, en el palco central del Victoria Eugenia, narrada con la engolada voz del No-Do desde 1943.

La batalla de la plaza Oquendo

El teatro llegó a ser fugaz escenario bélico en los primeros compases de la Guerra Civil. El 23 de julio de 1936, un grupo de militares rebeldes ha tomado el hotel María Cristina. Los milicianos republicanos entran en el edificio de enfrente, el Victoria Eugenia, para desde allí asaltar el hotel, objetivo que consiguieron.

El edificio fue testigo de desfiles militares muy distintos. Cuesta creer que desde el republicano, en 1932, al que celebraba el segundo aniversario del "Alzamiento Nacional" apenas hubiesen pasado seis años.

Aquel teatro en "vascuence"

Durante la República, el teatro en euskera, habitual en el Principal, también se asomó al Victoria Eugenia. El Cuadro Dramático de la Euzko-Etxea presentó allí diversas obras. Ante 'Goi Argi', de Avelino Barriola, escribieron en 'El Pueblo Vasco': "Los que creían que el vascuence sólo era utilizable para el lenguaje poco culto y que jamás serviría de vehículo para expresar y desarrollar ideas, deben acudir al teatro y verán con asombro lo que hoy se hace".